martes, 18 de noviembre de 2008

Cuando aprieta el frío


Campeche es una ciudad que vive en una perpetua primavera. Salvo, claro, cuando nos aborda algún huracán. Fuera de ese capricho de la naturaleza, pareciera que siempre el cielo es muy azul, las nubes muy blancas y el calor muy intenso. Desde luego, como toda ciudad tropical, tiene sus temporadas de lluvias. Lluvias intensas que parecen no parar hasta sepultar a la ciudad entera bajo el agua. Las olas del mar se vuelven locas, se embravecen y se estiran como garras peligrosas sobre la baranda del malecón como queriendo tragarnos. Pero eso casi nunca ocurre, porque el mar pareciera estar bajo el influjo de alguna droga como el Xanax o el Valium. Casi siempre está dormido. Como si estuviera muerto de aburrimiento de vernos todos los días las mismas caras y haciendo las mismas cosas y platicando las mismas historias y riendo de los mismos chistes. Sin embargo, hay días como hoy, melancólicos, en el que el cielo deja de ser muy azul y las nubes muy blancas y el calor muy intenso. Son días en los que aprieta el frío. Y la humedad se te mete en los huesos y la brisa marina te congela las mejillas.

More...Cuando se me metió la loca idea de venirme a vivir un día a Campeche, corría el principio del milenio. Tenía el corazón roto. Como cuando era un niño. Sólo que ya no era un niño y el corazón lo tenía hecho pedazos por culpa de una mujer, o quizás por culpa mía, en realidad ya no recuerdo culpa de quién fue. Era yo un joven iniciándome en mis veintes. Con un futuro prometedor. Tal cual como el de todos mis jóvenes amigos, que ya no éramos ni mucho menos unos tontorrones e ingenuos adolescentes pero tampoco unos hombres con responsabilidades y obligaciones. Estábamos justo en el punto medio. Donde los sueños se pueden cristalizar o despedazar de una vez por todas.

Como tenía el corazón roto, me dedicaba a escribir poemas impresentables que sin embargo no dudaba en dárselos a leer a mis amigos que fingían maravillosamente eso de poner cara de que era yo un gran escritor atormentado. Así que bebíamos mucha cerveza y subrepticiamente nos íbamos detrás de los matorrales de Loma Azul a fumarnos unos cigarros de marihuana (sí, cigarros, nosotros le sacábamos el tabaco a los cigarros Marlboro y lo suplantábamos con hojas de marihuana). Nuestras amigas y uno que otro amigo (porque la mayoría no fumaba y jamás les cruzó por la cabeza que nosotros fumáramos marihuana marca Marlboro) creían que la cerveza obraba milagros en nuestro organismo, es decir, que el alcohol nos hacía reír como unas urracas deschavetadas. Fumar era, en realidad, un pretexto para escapar un rato de las chicas y mirar la noche estrellada y hablar un poquitín del mal de amores y sentir la brisa helada congelándonos la cara. Eran momentos lindos. De una complicidad absoluta. El humo amargo quemándonos la garganta y luego la cerveza bien fría renovándonos el estado de ánimo. No sentíamos vivos. Con el corazón latiendo.

Aquellos eran días en los que no hablábamos de nada y hablábamos de todo. Hasta el amanecer. Nos montábamos en el coche y poníamos canciones de los Smashing Pumpkins (o si andábamos en plan de maricas, el concierto unplugged de Alejandro Sanz) y rememorábamos aquellos días cuando éramos jóvenes felices tal cual si fuéramos unos veteranos. Íbamos a toda velocidad por las calles. Bajábamos las ventanillas para que el aire fresco nos llenara los pulmones, o en su defecto, para darle tapetazos a los inocentes travestis que caminaban sin deberla ni temerla por las calles del centro. Luego conducíamos más rápido todavía hasta la Escénica. Gritábamos como unos locos el coro de la canción que estuviera sonando a todo volumen en las bocinas mientras el coche se convertía en una especie de cochecito de montaña rusa que se pegaba al asfalto a casi 200 km/hr en las subidas y bajadas.

Contemplábamos la luna, el inmenso océano y el malecón entero trepados sobre las murallas del fuerte de San Miguel. Borrachos. Eufóricos. Melancólicos. Sintiendo literalmente detrás de nuestras espaldas todo el peso histórico de una ciudad pueblerina amurallada de la cual todos querían escapar pero por razones indescifrables nadie terminaba por atreverse a emprender el exilio. Luego conducíamos hasta la carretera y nos metíamos a una central de abastos abandonada o al primer cementerio que veíamos en el camino. Jugábamos a policías y ladrones como si fuéramos niños. Nos hacíamos bromas de que algún zombie, monstruo o vagabundo nos asesinaría de una forma inenarrable, suposición (al menos la del vagabundo asesino) nada alejada de la realidad.

Una noche, tal como sospechamos ocurriría, uno de nosotros desapareció y todos pensamos que había sido, sin lugar a dudas, obra del chupacabras o alguna otra bestia diabólica. Luego llegamos a la conclusión de que el culpable era algún vagabundo de los que seguramente vivía en las galeras de la central de abastos. Reíamos de miedo y de nervios. Fumamos. Bebimos. Y como en aquel entonces no todos tenían celular (incluido el amigo extraviado) nos embarcamos en una peligrosa excursión entre agujeros y callejones impregnados a olor de orines y excremento, y al fracasar en nuestra búsqueda decidimos recurrir a la policía, pero de camino a la policía encontramos a nuestro desaparecido amigo corriendo en mitad de la carretera como un demente, con la cabellera revoloteándole sobre el rostro y cargando un palo con la mano a manera de jabalina olímpica. Cuando le preguntamos por qué llevaba ese palo en la mano respondió que era para defenderse del chupacabras, y cuando le preguntamos por qué escapó de la central de abastos respondió que porque creyó que lo habíamos abandonado a su suerte. Lo curioso es que este amigo era de los que no fumaba ni tomaba nada.

Sí, éramos jóvenes. Llenos de sueños y esperanzas. Con la sombra incipiente de la realidad acechándonos. Amenazándonos. Esperando el momento oportuno para mordernos. Tragarnos. Por eso bebíamos y fumábamos y reíamos y nos abrazábamos y nos besábamos y nos decíamos cuánto nos queríamos porque estábamos seguros de que nada volvería a ser igual luego de esos días fríos y húmedos lejos de la escuela y del trabajo. Eran nuestros últimos días. De dejar de soñar. Poner los pies sobre la tierra y emprender cada cual su camino. Y convertirnos en lo que hoy día somos. Algunos casados. Otros no. Algunos con hijos. Otros no. Algunos con cargos públicos. Otros no. Algunos aún con sueños peregrinos. Otros ya no.

Por eso, son días como hoy, cuando aprieta el frío, que tengo ganas de subirme al coche con mis viejos amigos, poner esa maravillosa canción 1979 de los Smashing a todo volumen, bajar las ventanillas, emborracharnos, fumarnos unos cigarros de marihuana y luego manejar a toda velocidad sobre las calles húmedas y meternos a los cementerios o a la central de abastos abandonada y perdernos allí por toda la eternidad. O tan siquiera, hasta que salga el sol y el cielo se ponga muy azul y las nubes muy blancas y el calor muy intenso.


64 comentarios:

Eduardo Huchin dijo...

Bueno, máster, esta -vaya que melancólica- narración me hace preguntarme de nuevo: ¿Y para cuándo carajos me dejas leer lo que siguió la novela?

Anónimo dijo...

Exelente Rodrigo, me recordó mis años de reventado. Cuando me emborrachaba y hacia locuras, eso de los tapetazos es un clásico. Esa canción de smashing 1979 también la escuchaba, y a pearl jam aventando huevos a los pobres indigentes y travestis en la calle.

Ya me puse melancólico, quiero volver a esas épocas.

Rodrigo Solís dijo...

Eduardo: pronto, muy pronto. Pero por lo pronto el 10 de enero tenemos que entregar un ensayo conjunto a los de Tierra Adentro. Te cuento al rato en el café.

Mussgo: lo triste es que si regresáramos a esas viejas épocas, quedaríamos como unos viejos ridículos. Además, ya estamos en edad de que nosotros seamos las victimas de los huevazos y tapetazos de las nuevas generaciones. Un fuerte abrazo.

Anónimo dijo...

por un minuto senti ganas de regresar a vivir a campeche
algun dia...
al igual que eduardo espero con ansias una novela tuya
es aquella que empezaste a leer en el aniversario de la pildorita?

Rodrigo Solís dijo...

Marit: así es, la misma, la que Juanito tuvo la hombría y valor de leer delante de un auditorio lleno.

Anónimo dijo...

no has considerado cambiar de profeccion ...no es nada personal pero no le encuentro sentido a nada de lo que escribes

Rodrigo Solís dijo...

Lilibeth: todos los días.

Anónimo dijo...

¡Salud! Te acompaño en tu travesía excepto por el unplugged...

Beso,

Rodrigo Solís dijo...

Luz: definitivamente eso del unplugged me dejó muy mal parado. Sospecho que por ello mis amigos han rogado que no revele sus identidades

Anónimo dijo...

Maestro siempre es un honor el leerle.
Estamos montan en este momento su columna en la página de 3d2.
Maestro nos nace el proponerle el generar un banner de su columna a montar en la página de 3D2 con liga a la suya.
Le parece…
Si nos dice que si le envíamos las especificaciones técnicas.

Rodrigo Solís dijo...

EL MANE: adelante. Todo sea por promover la incultura y los malos valores en la juventud.

Anónimo dijo...

que pedo Rodrigo, es una verga tu escrito wey, me senti muy identificado con todo desde la mota hasta smashing pumpkins jajajaja a ver si cuando nos veamos iual la fumamos y los escuchamos jajajajaja tamos en contach

Rodrigo Solís dijo...

Z: vale, ahí cuando me de una vuelta por Mérida te aviso. Un fuerte abrazo.

JOHANNA dijo...

Bravo Rodrigo!

A veces me sorprendes!!!!!!

Nunca vivi en Campeche, pero me hiciste sentir, mientras te leia, que si lo hice.

BRAVO, BRAVO

Yorch dijo...

Clap clap clap clap clap...

Lo siento a veces no hay mejor reconocimiento que un aplauso de pie...

La neta... Aqui entre nos pienso que es infinitamente mejor este genero tuyo que aquel de comentarista de cine que sabes que tanto me revienta y tan pocas veces me llena la pupila o el intelecto...

En fin, salvo por una o dos cosas hubiera jurado que describías las aventuras de mi grupo de amigos...

Creo que todo el mundo (Al menos los que se puedan jactar de haber disfrutado su juventud) hemos pasado por los detalles que escribes, sin embargo no me queda duda que es la forma lo que le da valor a tus memorias...

Felicidades y un abrazo.

Unknown dijo...

Me acabas de hacer recordar mi precosidad.
En mi caso fué, hace algunos años: puerto de veracruz, en vez de carro, caminando por el malecón, los cigarros de mota, aunque también habían marlboro, la banda era de alitas; y en vez de panteones, era la playa, a mojarnos con la lluvia, y morir de frio.

Rodrigo Solís dijo...

Johanna: gracias y ojalá el gober de Campeche (y toda su corte) pensará como tú, y en vez de verme como una peligro para su ciudad me vieran como alguien que recupera historias de un lugar que pronto se extinguirá al llenarse de centros comerciales, etcétera.

Jorge: gracias. Por eso cree este blog, para que uno almacenara historias, cuentos, etcétera; y el blog rosa hablara de cine, televisión, chifladuras, etcétera.

Indira: ya ves, las personas que crecimos en ciudades con malecón siempre estaremos unidos en la nostalgia.

Anónimo dijo...

Muy Padre Rodrigo, en realidad hiciste que me diera un pequeño viaje al mundo de la Juventud y en verdad lo disfruté!!

Saludos!

Rodrigo Solís dijo...

H: muchas gracias, un fuerte abrazo.

Anónimo dijo...

Excelente vida, excelente música, excelente baterista, y excelente bajista!

Di NO a las drogas...

Rodrigo Solís dijo...

Tocayo: eso mismo digo, pero las drogas son demasiado lindas, sobretodo el alcohol, que tan buena reputación tiene entre todos nosotros.

Anónimo dijo...

Muy bien Rodrigo, ahora si que te pusiste melancolico y tu historia esta muy bien relatada, te felicito.
Saludos.

Hermosillo Son.

Rodrigo Solís dijo...

Antonio: gracias, para que luego no digan que sólo escribo cosas amargas del mundo.

Anónimo dijo...

Esta palabra no existe: "subrepticiamente". Odio las pocheses. Si escribes en español, y no traduces del inglés, te irá mejor.

Rodrigo Solís dijo...

Isabel: por el amor de Cervantes, esa palabra no es pocha. Un abrazo.

http://buscon.rae.es/draeI/SrvltConsulta?TIPO_BUS=3&LEMA=subrepticiamente

Anónimo dijo...

Publicado en:

http://www.analitica.com/va/sociedad/articulos/9095596.asp

Rodrigo Solís dijo...

analitica.com: gracias por avisarme. Un abrazo.

Anónimo dijo...

RODROOOOO ME ENCANTO...LEER ESTO FUE COMO ESTAR VIENDO UNA PELICULA DE ESA PARTE DE MI VIDA, TODO TAL CUAL COMO SUCEDIA...AHORA ENTIENDO ALGUNAS COSAS JAJA COMO CUANDO HIBAMOS A LOMA AZUL Y USTEDES MALDITOOS FUMABAN Y NOSOTRAS CREIDAS DE Q ERA LA BORRACHERA JAJAJJA Q BUENO ES SABERLO, NO SABES CUANTAS VECES ME SORPRENDO RECORDANDO Y EXTRAÑANDO ESOS MOMENTOS, PARA MI HAN SIDO DE LOS MAS DIVERTIDOS DE MI VIDA...LA CENTRAL, LOS CEMENTERIOS, LA ESCENICA, LOS TAPETASOS, DISCO PEPE, EL TECHO, (JESUS EL PATO, RECUERDAS??) TODO TODO, COMO PASA EL TIEMPO VERDAD!!...Q MIEDO CADA VEZ SON MAS LEJANOS ESOS DIAS...

ME FASINO GRACIAS POR HACER QUE LO RECUERDE UNA VEZ MAS...TQM RODROO UN ABRAZO MUY FUERTE Y SALUDAME A TODOS POR AHI PORFAVOR. LOS QUIEROO

Rodrigo Solís dijo...

Iris: jajaja, siempre pensé que tú sabías, peor ahora veo que no. Al parecer eso de drogarse tras unos matorrales es el plan perfecto. Te mando un beso grande y todos te recordamos con mucho cariño, eras la manzana de la discordia entre varios de los finísimos caballeros del grupo.
P.D. Es verdad, el pato Jesús merece un escrito a parte.

Anónimo dijo...

excelente Rodrigo, me encantó!.... ya extrañaba estos escritos tuyos...
espero estes bien, y gracias por enviarme tus correos,
saludos!

Rodrigo Solís dijo...

Pili: gracias, ya ves, me entró la melancolía.

Anónimo dijo...

se sintió mucha melancolía....en fin.....

saludos dsd monterrey mi kerido rodro

bexox y abraxox

bye bye

Rodrigo Solís dijo...

Mine: y lo peor es que puse melancólicos a todos los lectores. Eso es bueno, prefiero eso a que me menten la madre (como habitualmente ocurre cada semana).

Anónimo dijo...

Gracias por compartir tus experiencias, no cabe duda, uno aprende.
Ultimamente ando con la moral muy baja, me gustaría un consejo tuyo, porque eres una persona muy practica y conocedora.
Te mando un saludo afectuoso
y aquie en Mérida el clima esta super!!!! ni mucho calor ni mucho frio jijiji.

Rodrigo Solís dijo...

Mariana: yo te puedo dar el consejo que quieras, pero para serte sincero soy la persona menos indicada. Ni siquiera puedo conmigo mismo. Por lo menos tú eres linda, en cambio yo, ni eso. Te mando un beso grande.

Anónimo dijo...

Ah, mi estimado Solís, la nostalgia. Es buena musa, la nostalgia.
Salucita con saudade.

Rodrigo Solís dijo...

Jorge: al parecer eso de la nostalgia vende bien, claro que esa no es mi intención. Te mando un caluroso abrazo desde la cosmopolita Campeche, aunque yo me esté muriendo de frío.

Anónimo dijo...

Muy bien, don Rodrigo...Yo no tengo tantos y tan bellos deseos, pero a veces -lo juro por Dios-desearía olvidar que soy casado, que soy periodista y profesor y hasta que soy padre de tres bellas hijas y un más lindo, aún, nieto e irme frente al mar, contemplarlo, enredar nombres de mujeres en mi mente y embriagarme. Después de tod, creo, a nadie le haría daño. Lo felicito por su artículo.

Rodrigo Solís dijo...

Luis: por fortuna los seres humanos tenemos los recuerdos y la imaginación, y así nos salvamos de que las novias o esposas nos persigan hasta esas bellas playas donde queremos escribir libros fantásticos para apuñalarnos por la espalda por ser unos irresponsables. Un fuerte abrazo.

Anónimo dijo...

tienes toda la razón, ya la busque en el diccionario. todos los días se aprende algo nuevo.

Rodrigo Solís dijo...

Así es, por eso es lindo la interacción. Un abrazo grande desde la cosmopolita Campeche.

Anónimo dijo...

FELICIDADES, ME LLEGO.

SIGO PENSANDO QUE ERES UN GRAN ESCRITOR DE NUESTRA GENERACION.
UN SALUDO.

Unknown dijo...

Chicote: gracias, en Campeche después de este escrito creen que soy el gran mariguana de mi generación. Un fuerte abrazo.

Anónimo dijo...

Una de las pocas cosas que me enorgullezco es mi memoria y hoy al leer tu articulo solo te puedo hacer una pregunta:

¿Aceptas haber manejado drogado o borracho o ambos, a altas velocidades?

Si es cierto lo unico que te diferencia del sujeto de nuestro anterior debate, es la suerte y si es asi, te convertiste en un perfecto hipocrita.

Unknown dijo...

Mitsuo: por fortuna, en la historia que conté, nunca manejé yo. Y de haber manejado yo y de haber arrollado a dos personas inocentes como lo hizo tu amado Saiden, palabra que sería el primero en aceptar mi culpa y meterme un plomazo en la cabeza porque no podría dormir tranquilo luego de matar a dos personas, o como dirías tú, “accidente”.
Y sí, soy un hipócrita, pero no tengo que asesinar a dos personas para confesarme culpable de este delito tan terrible que es la hipocresía.

Anónimo dijo...

HOLA MI RODRIGO BUENA BUENA PEQUEÑA HISTORIA BUEN ESCRITO PADRE BIEN POS AQUI SEGUIMOS CUANDO GUSTES VER CUANDO VOY A TENER EL GUSTO DE CONOCERTE ESPERO QUE OJALASEA PRONTO OKI UN GUSTAZO PA SER TU AMIGO SPERO QUE PRONTO PODAMOS CONOCERNOS EN PEROSNA SALUDOTES DE TU AMIGO ELWIN.

Unknown dijo...

Elwin: gracias, aunque te advierto que soy un impresentable.

Anónimo dijo...

JAJAJAJAJAJA

YO NO TE HARIA ESO...PERO CREO Q A TODO T ACOSTUMBRAS VDD? JAJAJAJAJA

CUIDAT MUCHO Y Q DIOS T BENDIGA.....SIGUE ESCRIBIENDO Y HACIENDO LO Q SABS HACER...A MI SI ME GUSTA LEER TUS ARTICULOS.....

HASTA PRONTO......

Rodrigo Solís dijo...

Mine: así es, uno se acostumbra a todo. Un beso grande.

Anónimo dijo...

Bravo . . . . ¡¡¡¡
Excelente mi amigo, me hiciste recordar mis años maravillosos, saludos y en hora buena

Rodrigo Solís dijo...

AMC: gracias, un abrazo fuerte.

Anónimo dijo...

Hello!!

Me encanto !! ya me pusiste nostálgica y a escuchar Smashing jajaja, Checare mas seguido tu blog :)

Saludos

Rodrigo Solís dijo...

Anabel: que bueno que te gustó. Así como ves, al parecer fui al encuentro generacional sólo a hacerle promoción a mi blog. Un beso grande. Me dio gusto verte luego de 10 años. Sigues igual de guapa.

Anónimo dijo...

En la narrativa eres genial, pero veo que tienes un sentido poètido muy original Gracias y mi admiraciòn de siempre, Luigi

Rodrigo Solís dijo...

Luigi: muchas gracias. Un fuerte abrazo. Y de nuevo gracias por ver tantas cosas en mí que nadie ve.

Anónimo dijo...

Órale, Rodrigo, ahora sí que me impactaste, no que no me gusten todos tus textos regularmente, pero éste sí que me impactó, o será que yo me pongo igual de sentimental con el frío, pero de verdad te felicito, está muy padre, te mando muchos besos,
Elisa

Rodrigo Solís dijo...

Elisa: hola querida, lo más seguro es que todo es culpa del frío que vuelve sentimental a la gente. Y ahora que lo pienso, creo que la mejor época para mandar a las editoriales mi novela será en diciembre. Igual y con el frío a los editores se les congelan las neuronas y creen descubrir a un escritor. Un beso grande.

Media 3d2 (DF) dijo...

Publicado en:

http://media.3d2.com.mx/files/1227133263968471118.pdf

Tierra Adentro (México) dijo...

Publicado en:

http://www.conaculta.gob.mx/tierra/images_cont/revista/151_180/revista_159.htm

La Jornada (Nicaragua) dijo...

Publicado en:

http://www.lajornadanet.com/diario/opinion/2008/noviembre/211.html

Infomelilla (España) dijo...

Publicado en:

http://www.infomelilla.com/noticias/index.php?accion=1&id=10937

Xornal de Galicia (España) dijo...

Publicado en:

http://clasica.xornal.com/article.php?sid=20081119174208

MILENIO NOVEDADES (Yucatán) dijo...

Publicado en:

MILENIO NOVEDADES 16 NOV 08

Anónimo dijo...

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