Fiera tiene un radar para despertarme en mitad de mis siestas.
-¿Bueno?
-Algo le pasa a Taquito.
-¿Qué le pasa?
-Se ve raro.
-¿Cómo qué se ve raro?
-No ladra, no corre, no muerde.
-Vaya, ya era hora que dejara de comportarse como un psicópata.
-Está rarísimo. ¿Qué hago?
-Pues nada, déjalo así.
-¿No me estás escuchando? Te digo que algo malo tiene. Tengo miedo. Te juro que si algo le pasa mato a mi mamá.
-¿Y qué culpa tiene tu mamá en esto?
-¡Toda!
-…
-La idiota anda dejando agujas tiradas por el piso.
-¿Y?
-Seguro Taquito se comió una aguja.
-No conozco a ningún perro que se haya comido una aguja del piso.
-Es que estaba cocinando y... y… y le di un pedazo de carne a Taquito. Te juro que no tenía hueso, lo chequé. Se lo tiré al piso y seguro se le pegó una aguja.
-¿Sabes cuales son las probabilidades de que haya una aguja justo en el lugar donde tiraste el pedazo de carne?
-Lo sé, solo era un pedacito. Chiquititito.
-¿Entonces?
-Taco se empezó a ahogar. Pegó un grito. Me asustó. Bajé la mirada y vi el pedacito de carne en el suelo. Lo escupió.
-¿No estaría muy caliente la carne?
-¡¿Crees que soy idiota?! Toqué la carne antes de dársela. Estaba tibia.
-Igual y se quemó.
-¡Te digo que no! Se tragó una puta aguja. ¿Qué hago?
-Llama al veterinario.
-Está tosiendo. No sé qué hacer.
-Yo tampoco, no soy veterinario.
* * *
Entro al salón de belleza. Fiera tiene una cara de
-¿No lo ves raro? –me pregunta Rina, la empleada de Fiera.
-No, lo veo igualito.
-¿Cómo no lo vas a ver raro? Míralo bien –brama Fiera.
-Lo veo igual que siempre.
Subimos al volcho. Taquito asoma la cabeza por la ventana como todos los días. Intenta ladrarle a los vendedores ambulantes cual psicópata que es. Fracasa. Tiene una arcada. Y luego otra.
-¿Ves? Te lo dije.
-No vomitó nada.
-Por eso, está intentando vomitar la aguja. Tiene algo. ¿No lo notas?
-No lo sé. No soy veterinario.
* * *
Fiera no me dirige la palabra en toda la noche. Ni siquiera tiene la educación de disimular su odio hacia mi persona.
-¿Qué te pasa Fierecita? –pregunta mamá-. ¿Estás molesta?
-Sí. Taco tiene algo. Seguro se tragó una aguja.
-¿Una aguja?
Fiera explica con lujo de detalles su teoría.
-Si estás tan convencida de que se tragó una aguja, vamos a llevarlo al veterinario –opino.
-Pero tú dime, ¿cómo ves a Taco? ¿Lo ves raro?
-Te digo que lo veo igual que siempre.
-¿Y los vómitos?
-¿Qué vómitos? No vomitó nada.
-Por eso, está raro, algo tiene. No quiere jugar con Mía y Blacky. ¿Qué crees que sea?
-Te repito, no soy veterinario.
Mamá sabiamente escapa de la cocina.
-¡Contigo no sé puede contar para emergencias!
-¿Tengo cara de veterinario? Si tan mal lo ves, te digo que lo llevemos al veterinario.
-¡Va a salir carísimo! ¿Sabes cuánto cuestan los rayos X?
-Entonces no lo llevamos. Fin del problema.
* * *
Taquito amanece tan radiante como todos los días. Salvo que no hemos tenido el placer de ser despertados por sus ladridos infernales.
-¿Lo ves raro?
-Lo veo igual que siempre.
-Míralo, ya está empezando con los vómitos.
-Intentos de vómitos, dirás.
-Te digo que se tragó una aguja.
Solo una persona puede poner fin al odio que crece en el interior de Fiera: el veterinario.
-Vamos a echarle un ojo –el veterinario le abre la boca a su paciente. Taquito forcejea. Escapa de las manos de Fiera.
-Agárralo, tú tienes más fuerza –me ordena Fiera.
-No se trata de fuerza –interviene el veterinario-. Yo me encargo.
El veterinario manipula a Taquito. Le palpa la barriga. Le abre la boca. Le ausculta con una lamparita la garganta.
-¿De casualidad ven el programa Qué comió mi perro? –pregunta.
-Sí, por eso creo que se comió una aguja.
El veterinario ríe. Menea la cabeza.
-Ese programa es una basura, pero me está haciendo rico. No tienes ideas de cuantas llamadas recibo al día de señoras que creen que su perro se está muriendo.
* * *
Entramos al salón de belleza. Aguardo el tiempo prudente para regodearme.
-¿Y qué tenía? –pregunta Rina, la peluquera.
-Absolutamente nada, el perro está sano –es tiempo del regodeo.
-Eso es lo que dice el veterinario. Pero lo dudo –Fiera llena de besos a Taquito-. Ni siquiera lo revisó bien. Pinche consultorio todo jodido. Ni máquina de rayos X tenía. Estoy segura que Taquito se tragó algo.
-Sí, el pedazo de carne que tú le diste.
-¡¿Y tú de cuándo a aquí eres veterinario?!
Actualización de último minuto: importante leer ÉSTO.
15 comentarios:
¿Desde cuando se necesita ser algo para ejercer las funciones propias de ese algo?
jajajajaja, invariablemente debe ser una mujer la que cuente con esa capacidad de ser ilógica.
Conoces muy bien a las mujeres, eso se nota en esta sensacional anécdota, gracias
Tengo que admitir que este "escrito" me mato de risa, igual tengo que admitir que el anterior que mandaste sobre el retiro del FONCA me dio la hueva mas grande del mundo leerlo, no soy critica ni pretendo serlo, lo mio son los negocios, numeros y negociaciones, pero no entendiporque le dedicaste toda una seccion detallada a la diarrea que tenias no solo me dieron ganas de dejar de leer si no que ademas me dio el asco de mi vida, se que es algo normal y a todos nos pasa pero no veo el porque de la explicacion tan detallada.
Saludos y dile a Fiera que Taquito no tiene absolutamente nada jajajaja
Solo puedo escribir GRACIAS!!! Con historias así, me siento menos psicópata cuando mi perro vomita y yo juro que tiene una enfermedad mortal que ningún medico puede curar, hasta que me doy cuenta que que se comió una piedra, su propio pelo o comió mas desesperado de lo normal pero mas que nada, gracias por ver que mal que me veo y como acoso a mi pobre novio a mitad de la noche porque juro que el perro esta intranquilo y debe dormir con nosotros en la cama jajajaja, no lo vuelvo a hacer jajajaja. Muchos saludos!!!!
Con qué veterinario lo llevaron?
Ja j aja ja divertidisimo, y sobre todo un drama de la vida real! (solo que hoy se te olvido poner el seudónimo Selva…)
Besos Rodro….
Vamos a invitar a Taquito a jugar con mis nenes. O para que jueguen con él, más bien. Si Taquito está dotado, deberías ver a Chamuco. Es el Mandingo del mundo animal. César Millan ni se le acercaría deja tú por las mordidas (los filas son muy cabrones)... por la inminencia del macanazo.
Dicho lo cual, muy orondo con mis bestias de setenta y cinco kilos (o sea, como setenta Taquitos cada uno), me despido con un ladrido.
Janus: es lo que yo digo.
Sivioli: en efecto.
Luigi: Por nada. Abrazo fuerte.
Ross: Fiera dice lo mismo, que no debo desperdiciar mi tiempo escribiendo cosas de intelectuales que a nadie le importan. Que mejor enfoque las baterías en escribir su biografía. En fin, te cuento que siempre sí tenía una aguja el pobre de Taquito.
Aquí la prueba:
http://pildoritadelafelicidad.blogspot.com/2011/09/soy-un-idiota.html
Fátima: temo desilusionarte (y alarmarte), pero mi chica tenía razón.
Manuel: con un idiota.
Pili: he decidido dejar de ocultar el nombre de mi chica. Abrazo fuerte.
Moch: Cuando vaya a visitarte llevaré a toda mi jauría. Taquito, Mía y Blacky. Unos perros del demonio.
Publicado en:
http://www.analitica.com/va/sociedad/articulos/4501525.asp
Publicado en:
http://www.maseual.com.mx/index.php?option=com_content&view=article&id=1436%3Apildorita-de-la-felicidad&catid=36%3Acolumna&Itemid=1
Publicado en:
http://www.lajornadanet.com/diario/opinion/2011/septiembre/16.php
Pues en ese caso la culpa es del idiota del veterinario que no lo reviso debidamente
Oh por Dios!!! Jajaja bueno, no se puede tener razón en todo, da gracias a la vida por tener mujeres tan sabias como tu novia (que siempre se mantuvo firme) y a quien salvó a la aguja de las fauces feroces de Taquito jajaja, al menos todos ya están bien (Taquito sano y a ti no te asesinó tu novia jejeje) Un saludote
PD. En este instante toda la oficina pregunta quien es Taquito y porque ando viendo horrorizada la foto de una aguja jajajaja :P
Feliz Semana!!!!
jajajajajajaja
yo q tu salía corriendo jeje
bexox y abraxox
ciaooooooooooooo : )
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