jueves, 2 de enero de 2014

Primer día


-¿No hay uvas?

-¿Cómo que no hay uvas?

-¿En verdad no hay uvas?

No han pasado ni dos segundos del Año Nuevo y Fiera ya me ve con ojos asesinos, al tiempo que se disculpa con todos sus invitados que ponen rostros de consternación al no encontrar por ningún rincón de la casa una sola uva.

-Dime que es broma eso de que no tienes uvas –me increpa mamá con los ojos empañados de angustia.

Horas atrás, en la kilométrica fila de pago de Walmart, tocándose el pecho como si le estuviera dando un preinfarto, Fiera me dijo: “¡Las uvas, se me olvidaron! ¡Corre, no te quedas ahí paradote, quítale a la anciana del pelo morado el último racimo que queda!”.

-¿Ya terminaste con tu broma? –insiste mamá-. ¿Dónde están las uvas?

-No es broma, no hay uvas –intento zanjar de tajo la conversación para no entrar en penosos detalles o justificaciones de que por culpa de la operación de ligamentos cruzados que tuve el año pasado en la rodilla, fue la anciana quien terminó llevándose un montón de falsas esperanzas a casa.

-¿Quién organiza una fiesta de Fin de Año y no da uvas, por el amor de Dios, hijito? Si me hubieran dicho que no darían uvas, jamás hubiera venido.

-Mamá, la gente sobreestima el poder de las uvas. El único poder que tienen, científicamente probado, es cuando un montón de campesinos las meten en un barril gigante, las pisotean con sus pies descalzos, las fermentan y las guardan en barricas durante años, y por obra de algún caprichoso milagro, la gente abusa de ellas utilizando unas ridículas copas de cristal para sentirse un par de peldaños por encima del estrato social al que realmente pertenecen, o lo que es lo mismo, para olvidar la miseria de sus vidas.     

-¿Estás borracho, de qué hablas? –mamá se frota las manos ansiosa-. Ese ni siquiera es el proceso correcto para hacer vino; yo lo único que quiero saber es dónde están mis doce uvas.

-¿Para qué? ¿Para que se te concedan tus doce deseos? ¿Acaso sigues creyendo en Santa Claus?

-¿Qué tiene que ver Santa Claus? Dame mis uvas, aún estoy a tiempo de pedir mis deseos.

-Dime un deseo de Año Nuevo que se te haya concedido, sólo uno.

-Salud.

-El año pasado te diagnosticaron cáncer.

-Era un tumor benigno.

En un acto desesperado, tomo del tazón botanero un puñado de Quesabritas y las coloco sobre la palma de la mano de mamá. 

-Igual y tienen el mismo efecto mágico que las uvas, prácticamente tienen la misma forma, además están más buenas. Tienen queso.

-Rodrigo, respeto que te hayas vuelto ateo y que no guardes ningún respeto por nada, pero no tener uvas en Año Nuevo es el colmo.

-¿Qué tiene que ver mi ateísmo con las uvas?

-¿Tienes uvas, sí o no?




1:00 a.m. La casa se encuentra absolutamente desierta.


-No puedo creer que le hayas repartido Quesabritas a los invitados –me reprocha Fiera-. Qué estúpida fui al pensar que el año pasado sería el peor año de nuestras vidas.

8 comentarios:

Saúl dijo...

Nada alegra tanto el día como una pildorita de feliciad.

moch dijo...

Estupendo, reinicia la pildoriux.
Gracias por acordarse de este charro panzón, mi querido.
Abrazos.

Carla dijo...

Jajajajaja!!! Genial!!

Feliz año, mi Rodri!!

Zarate dijo...

Jajajajaja como me he reído, sobre todo porque un día antes te vi en wallmart y les dije que fui por uvas

Ajax dijo...

Hola Rodrigo, te habías perdido yo pensé que estarías de vacaciones permanentes en Argentina o Brasil esperando el Mundial. Gracias por tu correo y me da gusto saber de que no estabas "muebles". Feliz Año y no te pierdas si quieres te mando una caja de uvas, aquí en Sonora hay muchas solo que tendrás que esperar hasta el próximo julio. Un abrazo

Nelly dijo...

Jaajajaja genial!! Me antoje las quesabritas!!

Octavio . dijo...

Hola mi querido Rodrigo, superbuena la historia y tienes razón, las uvas son un mero trámite ilusorio, el Fin de Año pasado, un amigo lo resolvió a punta de sidra ante el asombro de los ritualistas ahí presentes. Mil gracias por el texto, lo meteremos a la web page (nuestra versión digital con link a nuestro facebook) en la semana del 20 de enero que volvemos de dizque vacaciones encerrados en la casa y asoleándonos en el balcón, jajajaja (porque la revista impresa está en stand by desde agosto y posiblemente vuelva a la vida a mediados de este año). Espero me mandes mas historia que nos gustan mucho y le encantan a nuestros lectores.

Feliz Año (dentro de lo que cabe, jajajaja).

Un abrazo grande y amarra a tu fiera.

Revista TijuaNeo.

Adriana dijo...

Estimado Rodrigo:
ya extrañaba tus escritos x correo!!, te deseo lo mejor tanto en lo profesional como en lo personal para este 2014!!!Saludos desde Argentina!