En un lapso de
cinco días
ocurrieron tres eventos que retratan como radiografía el presente, pasado y
futuro de México.
Junio 30. Denise
Maerker, en su programa Punto de Partida, realizó un reportaje titulado El último policía. Guadalupe,
Chihuahua, es uno de los tres municipios que conforman la región fronteriza conocida como El
Valle, punto estratégico para cruzar droga a los Estados Unidos, enclave que se
disputan desde hace años los carteles de Juárez y Sinaloa. El sentido común nos dice que este punto debería estar protegido por un ejército de policías y marinos. Viva México, la zona es patrullada exclusivamente por el único agente que no ha
renunciado, Joaquín Hernández, quien abordo de su camioneta, relata que tiene miedo,
pero también
tiene la necesidad de sacar adelante a su familia. Siete días después, el 7 de julio, Denise
Maerker informa que el último oficial de Guadalupe (junto con su hijo de catorce años) fueron asesinados a
tiros.
Marzo 2014.
Carmen Aristegui, en su programa de Noticias MVS, soltó la nota más escalofriante del año pasado. Cuauhtémoc Gutiérrez de la Torre (presidente del PRI en el DF) encabezaba
una red de trata de personas con fines de explotación sexual con recursos del
erario público.
Las pruebas del equipo de investigación de Aristegui fueron demoledoras. El sentido común nos dice que, en el acto,
un escuadrón SWAT se descolgaría por los ventanales de las
oficinas del PRI para aprehender al proxeneta. Viva México, un año y cuatro meses después, el 9 de julio, la
Procuraduría
General de Justicia del DF, luego de escuchar a 318 personas que acudieron a
declarar y de recoger 587 elementos a partir de trabajos periciales e
interrogatorios y de revisar más de mil llamadas telefónicas, dictaminaron no encontrar elementos suficientes para
acusar al inocente funcionario público de encabezar una red de prostitución al interior del PRI.
Febrero 2014. León Krauze, en una entrevista para Univisión con el presidente Enrique
Peña
Nieto, le dice que casi el 70% de los mexicanos cree que existe una posibilidad
que el hombre más peligroso del mundo, Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera, volverá a escapar de prisión. El presidente de México, muy ufano, como si estuviera actuando un sketch cómico en Televisa, respondió que todos los días le dice al Secretario de
Gobernación:
“¿y
lo tienes bien vigilado, estás seguro?”. El sentido común nos dice, que el presidente
montará un
batallón
de custodios 24/7 alrededor del criminal o le insertará un GPS en forma de
supositorio todos los días para tenerlo monitoreado. Viva México, un año y cinco meses después, el 11 de julio, al otro
lado del Atlántico,
en algún
palacio francés,
al presidente (junto con 500 amigos, incluido, por supuesto, el Secretario de
Gobernación)
le informan lo que el casi 70% de los mexicanos sabíamos.
Si alguien tenía duda de que México, en efecto, es un estado fallido (o de terror), sólo hay que mirar la decisión unánime e inapelable de los tres integrantes del Tribunal
Colegiado en Materia Administrativa que le han dicho a Carmen Aristegui que por
favor, deje de estar reventándole las pelotas a MVS, que no volverá a tener su programa de radio
donde le informaba a millones de personas las fechorías más escabrosas de los dueños del país, o al presidente, más preocupado por no despeinarse un sólo pelo de su engominada
cabellera en vez de hacer lo único que tiene sentido que haga: renunciar.
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