miércoles, 29 de julio de 2009

Secuelas de la crisis



1


Más que un alivio, es peligrosísimo tener buenos amigos en los tiempos difíciles. Sobre todo cuando cometes el error de hacer público que te acaban de echar de tu trabajo sin ninguna justificación aparente.

More...-¿Tienes experiencia en ventas? –me pregunta una chica menor que yo al leer mi currículum vitae.

Permanezco en silencio. Mi silencio me incrimina. Soy un mentiroso profesional, pienso, no debo tener problema para vender lo que sea.

-¿Qué sería exactamente lo que vendería? –pregunto (el dedo índice y pulgar de la mano derecha frotando el mentón) para hacerme el interesante.

La chica no se sorprende por mi pregunta. Sabe que el trabajo es mío si así lo deseo, pues fui enviado a la entrevista por su jefe, es decir, un buen amigo que en un intento por sacarme del desempleo me dijo que fuera a solicitar un puesto vacante en una de sus múltiples empresas.

Quince minutos después abandono las oficinas con la promesa de llamar en dos días a la chica de recursos humanos para confirmar si pienso ser de ahora en adelante empleado de mi amigo. La idea, naturalmente, me aterra, no porque mi amigo tenga que verse en la penosa necesidad de despedirme al cabo de un par de meses al descubrir que soy el vendedor más incompetente sobre la faz de la Tierra, sino por tener que tomar un curso de inducción de ventas durante quince días, vestir a diario un uniforme de la compañía y luego memorizar toda suerte de productos de limpieza, sus propiedades, bondades y beneficios, y finalmente salir a la calle a tocar de puerta en puerta y mentirle y/o rogarle a otros empresarios para que por favor compren unos productos químicos los cuales estoy casi seguro no necesitan.


2


Juanito, mi talentoso y aclamado amigo caricaturista, me conoce muy bien, por eso, en un restaurante de comida italiana donde celebramos su cumpleaños, me dice:

-Te tiene que haber dolido.

-No, para nada, estoy de maravilla –miento-. Ya surgirá algo –vuelvo a mentir.

-Te tiene que haber dolido.

-No, en serio, no es el fin del mundo –sigo mintiendo.

-Admiro tu aplomo –me palmotea la espalda-. Es un nuevo inicio en tu carrera.

-Sí, un nuevo inicio –digo una mentira más para evitar romper en llanto.


3


Una amiga me escribe un e-mail diciéndome que soy un hombre valiente al publicar la historia de mi despido injustificado, no como los intelectuales que cuentan este tipo de anécdotas cuando han pasado muchos años y son ya autores renombrados, esto con el fin (sospecha ella) de que los lectores nos enteremos de las penurias que pasaron los pobrecitos antes de convertirse en ricos y famosos.

Pienso (no lo digo, menos lo escribo) que sin dudarlo vendería mi alma al diablo por ser uno de esos pudorosos best-sellers que aparecen en la televisión dándose aires de semidioses, que en sus inicios en vez de andar lloriqueando lograron guardar silencio cuando fueron echados a patadas de los periódicos.


4


Una chica venezolana, un encanto de mujer y por añadidura mi nueva amiga, pide hacerme una entrevista. Accedo, no porque me haya confesado que es activista, periodista y escritora sino porque en sus ratos libres es modelo, pues así lo confirma una pasarela de sensuales fotografías que desfilan en la pantalla del Messenger a sugerencia mía.

A cada una de sus preguntas respondo un disparate. No veo el momento de que se dé color que ha sido un error y una pérdida de tiempo entrevistarme. Sin embargo ella, estoica, imagino que por lástima, continúa haciéndome preguntas sobre el uso y manejo de la lengua española, y yo, un pobre diablo de nacimiento que reprobó redacción en la preparatoria, continúo respondiendo absurdos a diestra y siniestra.

Finalizada la entrevista, en un arranque de egolatría, me aventuro a preguntarle cada cuándo entra a leer mi blog.

-Nunca, te leo en un periódico venezolano –responde para mi sorpresa.

Acto seguido me sumerjo en la red. Dos y no uno son los periódicos venezolanos que me publican. Ambos imagino han de ser antichavistas, de lo contrario tendrían plata suficiente para pagar por mis colaboraciones.


5


Un amigo de izquierda se congratula por mi despido pues gracias a ello, asegura, ahora me publican en La Jornada.

Incrédulo de verme publicado en un medio de fama nacional, entro a la página de Internet del periódico y tal como sospechaba no encuentro ni un solo escrito mío. Investigo un poco más en el ciberespacio y descubro dos cosas: la primera, en Nicaragua (como en el resto de Latinoamérica) no son muy creativos a la hora de bautizar sus periódicos; y la segunda, las historias de Campeche gustan más a los editores fuera que dentro de Campeche.


6


Mi amigo científico, maravilloso articulista y maestro, dice que no debo preocuparme, pues no tardaré en conseguir otro espacio igual o mejor donde publiquen mis desvaríos.

Inspirado por sus palabras, le escribo un brevísimo correo al famosísimo director del periódico donde publica mi amigo, preguntándole a quién tengo que chupársela para que me publiquen.

Al instante me arrepiento, pues mis palabras pueden malinterpretarse. Traducción: que todos los escritores que han logrado ser publicados en el prestigioso periódico no lo han hecho gracias a sus conocimientos y arduos años de labor académica y periodística sino a sus dotes en el arte del fellatio.

Pese a pronóstico, el carismático director del periódico, más que escandalizarse por mi impertinente y desesperado correo, ríe y me conmina a tener paciencia pues hay una larga lista de aspirantes a ser publicados. Su breve y concisa respuesta más que entristecerme me alegra el día, pues siento haber obtenido un triunfo personal al lograr hacerlo reír, tal como el me hace reír cuando aparece en la televisión sacando de quicio a encumbrados y estirados periodistas todos los miércoles en la noche.


7


Otro amigo escritor me dice que no claudique en mis intentos de buscar trabajo en otro periódico. Me sugiere ir a hablar personalmente con todos los editores de los periódicos campechanos.

Le digo que sí, que eso haré. Sin embargo, a mi mente vienen todas esas infructuosas entrevistas que tuve en el pasado con cada uno de los editores campechanos.

Uno me citó en un café y luego de alabar mis escritos (mismos que llevaba tiempo publicando en su periódico) al llegar al tema de lo monetario, es decir, la tarifa que cobro por cada escrito publicado, dijo:

-Lo siento, en el periódico tenemos la política de no pagarle a nuestros colaboradores.

Otro editor me citó en su oficina.

-Un momentito, el licenciado está en una junta –dijo la secretaria-. En un minuto le atiende.

Pasada una hora en la recepción del periódico la secretaria me informó que el licenciado estaba ocupado, que dejara mis datos y que luego se comunicaría conmigo.

El último editor que visité también me recibió en su oficina. Muy amable dijo conocer mi trabajo.

-Muy divertidos escritos, de todos modos mándame a mi mail todos los que tengas, quiero revisarlos detalladamente con el director.

Nunca más volví a saber del editor, ni de él ni de ningún otro, sobre todo cuando publiqué un pasaje del borrador de la novela que prometí enviar a un gran y laureado amigo escritor conectado con una editorial internacional (novela que sospecho nunca terminaré) donde describía a los directores editoriales de todos los periódicos campechanos como alimañas rastreras de dedos entintados que viven de leer y censurar a periodistas y/o columnistas que no alaben al partido político en el poder.


8


-Hola bebé.

-Hola mamá.

-Oye, acabo de comprar el periódico y no veo tu columna.

-¿En serio?

-Sí, en serio.

-¿Revisaste bien?

-Sí, no aparece tu columna.

-Qué raro.

-Sí, rarísimo, ahora mismo voy a marcarles por teléfono para pedirles una explicación.

-No mamá, no es necesario, lo que pasa es que ahora van a publicarme todos los días, excepto los domingos.

-¿En verdad, mi vida?

-Sí.

-¡Felicidades bebé!

-Gracias.

-Siempre supe que triunfarías como escritor.

-Bueno mamá, te dejo, que México le acaba de meter otro gol a los gringos.


17 comentarios:

Martín dijo...

Estimadísimo, una idea: no le escribas a directores de periódicos, sino a los editores. Yo probaría con Jairo Calixto Albarrán, de Milenio, su sentido del humor, aunque no tan fino como el tuyo, seguro sabrá reconocer tus dotes... ¡Cómo me hiciste reír!

Oye, y tendrías que ponerte en contacto con esos periódicos venezolanos etc. y exigirles, si no un pago, al menos la mención de la fuente!!

Un saludo y no pierdas los ánimos, lo importante es no cejar, no creo que en 1 semana puedas hallar otra buena chamba, pero sí en un mes... o dos, o tres, total!

Rodrigo Solís dijo...

Martín: gracias por el consejo y por darme ánimos. Por desgracia la tragedia de mi vida es que precisamente son los editores los que más creen que soy un pobre diablillo (no los culpo ni intentaré sacarlos de su verdad).
Un abrazo grande y seguimos en contacto.

Isaac dijo...

Buen escrito y mala pata. Desde el desempleo y la pasantía te mando mis mejores deseos. Que se aliviane todo, sino siempre hay la opción de vender cocteles en el malecón.

Regina dijo...

Bien por ti te lo mereces....... felicidades¡¡¡¡¡¡¡¡¡grax por hacerme feliz un rato....

Eduardo V dijo...

que paso maestro ya le salio novio a la carnala, jejejejejje, checar periodico man.....y pa colmo lo meten al bote......ahi temando una foto de mi orgullo

saleeeeeee y salud

cuando vengas pa aca me avisas y te invito a un toquin ( no es albur)

Pili dijo...

bien, Rodri, yo tengo duda.... ¿que hará el protagonista de esta historia cuándo su mamá se entere?
.....no deje de le leer la siguiente pildorita de la felicidad....
besos!

Candy dijo...

como se llama la novela que estas escribiendo?

Camilo dijo...

hola rodrigo, me resulta extraño leerte pues no se si debo tomarlo como ficción o como experiencia de vida, ¿q. hay de tu columna,en el Milenio,no?, ¿q. se trae el D. de Yuc. con tu hermana q. no la tratan tan bien como debieran dada su imagen pública,estará boletinada? y ahora, si, le sacan el chismecillo improcedente del supuesto novio.

Dianita dijo...

siempre contigo publicado y sin publicar!!!!

Rodrigo Solís dijo...

Candy: Valentina.

Camilo: tómalo al pie de la letra. Los de Milenio Novedades decidieron darme las gracias por participar.

Estrella dijo...

Desempleado por remuneracion economica, mas no desempleado de escritos originales

Los dias cambian, no son los mismos de ayer, las horas cambian segundo a segundo; la vida no se detiene, da pasos agigantados, el ser humanñ tiende a cambiar para bien o para mal, solo el sabe que camino tomar. Caminos para escoger, en cada paso que damos, existe una sombra que es el pasado que se queda, el presente en el que vivimos y el futuro que encontremos; somos testigos de nuestra vida, de nuestros pensamientos y de nuestras acciones.

Diana dijo...

y sabes q imaginate la forma en q yo te descubri... fue aqui en playa por internet y nuca pude dejar de leerte ...cuando se cierra una puerta se abre una ventana... tu sabes q eres sui generis y q al rato alguien se va a pelear no q le hagas el favor de escribir.... disfruta este momento para q disfrutes mucho elnuevo amanecer!!! yo soy ecorpion..... y no creas qcreo mucho en esas cosas pero siempre mi horoscopo dice q soy como el ave feniz ... muero y resurgo de las cenizas y he aprendido a disfutarlo.... disfrutalo yo como tu fan lo hare contigo

Luigi dijo...

Despues de leerte comprendo porque ya no tengo espacio donde escribir, y es que hay un "arte" que tampoco me va. Gracias

Cuanta razón hay en lo que dices, si lo sabré después de tantos años. Espléndido como siempre.

analitica.com dijo...

Publicado en:

http://www.analitica.com/va/sociedad/articulos/7060671.asp

Rubén dijo...

Extraordinaria reflexión de UN PAIS HERMANO.!! BUENISIMO.!!

SON COSAS QUE YA SABEMOS, SON COSAS QUE NOS DECIMOS TODOS LOS DIAS, PERO ¿CUÁNDO NOS TOMAREMOS LA MOLESTIA DE PONER LAS COSAS EN SU LUGAR Y TRABAJAR EN EL ASUNTO?

SALUDOS
RUBÉN.

Mine dijo...

si me gustó...stá shido

La Jornada (Nicaragua) dijo...

Publicado en:

http://www.lajornadanet.com/diario/opinion/2009/julio/30.html