lunes, 23 de enero de 2012

Los malinterpretadores


“Que hablen mal de uno es espantoso. Pero hay algo peor: que no hablen.”
- Oscar Wilde


Los mexicanos somos famosos por no aceptar nunca los errores que cometemos, no importa cuan flagrantes y evidentes hayan sido; y no solo eso, sino que tenemos la osadía (en caso de que se nos presione y reclame el  arrepentimiento) de transferir la bochornosa carga de la mea culpa a la sociedad. Por ejemplo, tomemos los casos de dos “mártires” de “moda”.

Kate del Castillo está harta del país, de la sociedad, de los políticos, los medios, las instituciones, las leyes, la religión, y despotrica contra todos ellos (vía Twitter y en el autoexilio), exigiendo que debiéramos cambiar, ser diferentes, ser una sociedad del primer mundo. Entonces le pide ayuda a alguien peor que los políticos, a un narcotraficante. “Sin oferta no hay demanda, anímese don (al Chapo Guzmán), sería usted el héroe de héroes, trafiquemos con amor, usted sabe cómo”, le dice, entre otras chifladuras como traficar alcohol en los asilos de ancianos.

Minutos después el nombre de Kate aparece en los noticieros. En los programas de variedad (que para el caso vienen a ser lo mismo que los noticieros). En las redes sociales. Kate es Trending Topic en Tiwtter. “Yo estoy en contra de hacerle bullying a Kate del Castillo”, dice disfrazado de superhéroe Carlitos Loret de Mola en el programa Tercer Grado, el sexy periodista defensor de las causas nobles, traducción: de las mujeres guapas y los hombres guapos que dicen y hacen disparates.

Como no somos tontos (o eso creemos) seguimos retweeteando y compartiendo las palabras de Kate en Facebook; crece inclemente e incesante el torbellino de burlas, chistes e insultos. Kate, luego de pensárselo casi una semana, se pronuncia públicamente.

“Lo siento mucho, de corazón, me dejé guiar por mis personajes de la televisión, soy una artista de método, la Reina del Sur (o tal vez mi breve personaje en la obra maestra Weeds) hablaron por mí, así de serio me tomo la actuación”, pensamos que escribiría en su carta de disculpas.

En cambio, Kate nos vuelve a sorprender. “Es desafortunado que algunas personas hayan malinterpretado mi tweet que su única intención era ser un mensaje de paz”. Y remata con esta joya: “Si lo leen en su totalidad entenderán que fue más un monologo interno con un poco de ironía. Paz y amor para todos, Kate”.

¿No hubiera sido más sencillo que en vez de inventar una nueva corriente de expresión como “monologo interno irónico” (traducción: echarnos la culpa a nosotros por no tener el coeficiente intelectual de performanceros neoyorkinos) enviara un tweet que dijera: “Me entró la menopausia, sorry”?

Otro ejemplo que nos retrata en materia de esquivar o desentendernos de las pifias propias, es el “comediante” Platanito. El payaso consentido de la televisión por paga mexicana dijo en un show el siguiente chiste: “¿Saben de qué murió Michael Jackson? De desesperación, que por que le quemaron una guardería allá en Sonora, entonces arrrgh, se puso así (risas del público). Ay, no se burlen, wey, pobres chavitos al pastor, no sean culeros (risas del público). Aparte ya no hay guardería, ahora abrieron un changarrito que se llama Kentucky Fried Children (risas del público)”.

Raudo y veloz, Platanito salió a dar las respectivas disculpas públicas que se esperan de alguien que es satanizado por insensible, subiendo un video en YouTube donde se despoja de su disfraz y habla a nombre de su verdadero yo, es decir, Sergio Verduzco, al borde de las lágrimas: “Nunca debí haber contado ese chiste, pero lo hice… el video que ustedes vieron en las redes sociales fue grabado de un show privado y fue distribuido sin mi autorización, su contenido no tiene absolutamente nada que ver con las señales de Telehit ni de Televisa, esto es parte de mi espectáculo en vivo…”

¿Acaso los shows privados son exclusivos para gente perversa y los shows de televisión para personas altruistas? ¿Cambia en algo el sentido del chiste si el video hubiera sido distribuido con la autorización del autor? Al mencionar que su video fue subido a Internet sin su consentimiento nos dice veladamente (o no tan veladamente) que no es toda su culpa, si no que gran parte de la culpa (si no es que toda) es del imprudente y desalmado hombre (o mujer) que lo grabó e hizo público. Y mencionar a Televisa de refilón (o como punto neurálgico del mensaje de arrepentimiento), revela una clara señal de “por favor, no me corran, cuando aparezco en su televisora soy igual de hipócrita que todos los programas que transmiten ustedes”.

Y continúa Sergio Verduzco, alias, Platanito en sus “disculpas”: “quiero comentar que nunca fue como burla (el chiste), al contrario (?), quiero decirles que yo soy una persona que se compromete con los niños de México, yo soy un donador de la Fundación Michou y Mau, que es una fundación que está muy cerca de estos niños quemados, quiero decir que también he donado mi trabajo a otras fundaciones, también he donado mi trabajo para recaudar fondos para ayudar a niños con problemas del corazón y poderlos operar, y quiero decirles que estoy comprometido con toda la niñez de México a seguirlo haciendo (no aclara si el chiste o sus labores altruistas)…” 

Conclusión: en un caso como éste (es bien sabido que los mexicanos somos famosos por burlarnos hasta de la muerte), la disculpa hubiera sido bien fácil, incluso alcanzaba en un solo tweet: 


3 comentarios:

Analítica (Venezuela) dijo...

Publicado en:

http://www.analitica.com/va/sociedad/articulos/4504409.asp

Por Esto! (Yucatán) dijo...

Publicado en:

http://www.poresto.net/ver_nota.php?zona=yucatan&idSeccion=33&idTitulo=143920

Maseual (Morelos) dijo...

Publicado en:

http://www.maseual.com.mx/index.php?option=com_content&view=article&id=2274:pildorita-de-la-felicidad&catid=36:columna