viernes, 9 de marzo de 2012

Un día de celos


9:00 a.m.

No, no ha sido un error. Tampoco un sueño. El prestigioso periódico El Universal cuenta con un suplemento dominical que tiene la vocación de contar historias y cuentos de la vida real, es decir, cero ficción. El director de la publicación me ha contactado luego de leer mi escrito Bicho en la revista Orsai.

-¿Cómo podemos hacer para que una pluma tan educada como la tuya forme parte de nuestra revista? –me pregunta.

-Sáquenme de la indigencia y soy todo suyo –respondo con lágrimas en los ojos (y un poco incrédulo en eso de la pluma educada).

-Hecho –dice el director-, te invitamos a escribir cuentos de la vida real en Domingo.

El primer encargo que me hacen es un reportaje narrativo amplio sobre los celos: ¿por qué somos tan celosos los mexicanos?, ¿somos más o menos celosos que los amorosos de otras nacionalidades?, ¿los celos han incrementado en la era de las redes sociales?, ¿qué dicen los especialistas sobre los celos?, ¿qué expresan?

Empiezo a sudar frío. Para intentar dar respuesta a estas interrogantes imposibles, tengo que entrevistar por fuerza a celosos empedernidos, contactar asociación de celosos anónimos que necesiten ayuda profesional, hablar con psiquiatras, psicólogos y terapeutas que me platiquen qué les cuentan los celosos en los consultorios.


* * *


10:05 a.m.

Mamá me pide ir a comprar una lata de cerveza para preparar los fríjoles charros del almuerzo. Ignoraba que uno de los ingredientes de los frijoles charros fueran 355 mililitros de cerveza.

No será el único descubrimiento que haré en el transcurso del día.

-Once pesos –dice con cara de sorpresa el dependiente del minisúper. 

-Es para los frijoles charros de mamá –me disculpo con el dependiente (y con la nutrida fila de compradores que me observan con mirada reprobatoria; es obvio que solo un alcohólico acompaña su desayuno con cerveza).

Me escabullo del minisúper. Cruzo la calle. Me detengo a leer un anuncio sobre un pequeño local: Neuróticos Anónimos “Fuente de la Felicidad”.

-No sienta vergüenza –me dice un hombre de cabellera engominada, camisa a cuadros, bolígrafo metálico en el bolsillo y pantalones caqui de pinzas.

-…

-Nosotros no juzgamos a la gente –interviene una señora de ojos enormes, vestida toda de negro.

-Tenga –el licenciado me entrega una invitación.

-Hoy en la noche celebramos nuestro séptimo aniversario –dice la señora dándome un par de trípticos.

-Les aclaro que la cerveza no es mía –intento explicar el uso que daré a la lata de cerveza que intento ocultar a mis espaldas.

-No se preocupe, tranquilo –el hombre me palmotea el hombro-. Ya ha logrado dar el primer paso.

-Estamos orgullosos de ti –la señora disfrazada de viuda hace un esfuerzo sobrehumano por endulzar su rostro cubierto por un velo de histeria.


* * *


12:20 p.m.

-¿Trata siempre de justificarse o defenderse?

-No.

-Por supuesto que sí.

-Claro que no.

Uno de los trípticos que me entregaron los chiflados de Neuróticos Anónimos resultó ser una encuesta. Fiera continúa con el interrogatorio.

-¿Padece ansiedad en ciertos momentos?

-No.

-¿Y qué me dices de tu caída de pelo?

-Eso se llama herencia genética, papá era calvo; también mis dos abuelos.

-¿Exagera pequeños problemas?

-Por supuesto que no. ¡Claro que no! Ni me mires así. Tú eres la que siempre está exagerando todo. Yo soy la persona más tranquila del mundo.

-¿Pierde empleos?

-No.

-Claro que sí, estás desempleado.

-Esa pregunta no cuenta, nunca me han despedido de ningún trabajo.

-Será porque nunca has tenido uno.

-Escribir es un trabajo.

-¿Hace cosas que considera tontas?

Me levanto de la silla de un salto. Intento arrancarle la encuesta a mi chica. Ella se defiende dándome una patada en el bajo vientre. Mis reflejos ya no son los de antes. Me retuerzo en el suelo.

-¿Miente sin necesidad?

-…

-Deja de quejarte como una niña y responde: ¿miente sin necesidad?

-A veces.

-¿Sí o no?

-Solo cuando escribo.

-O sea, siempre.


* * *


2:13 p.m.

Todo apunta a que soy un neurótico. Tuve 25 respuestas de Sí de un cuestionario de 26 preguntas. Curioso que el único No que me concedió Fiera fuera a la pregunta “¿Eres celoso y desconfiado?”. Mi primera novia que es psicoanalista (traducción: amante de Freud) y a quien todavía le gusta seguir analizándome, me ha dicho que esto se debe a que las personas son cóncavas y convexas, es decir, las parejas embonan sus partes insanas como piezas de rompecabezas.

-¿Estás diciendo que Fiera y yo somos una especie del símbolo del ying y yang?

-Exacto, solo que un ying y yang distorsionado y enfermizo.  


* * *


3:18 p.m.

Fiera y yo tenemos una relación perfectamente saludable, las teorías y suposiciones de mi ex novia no son más que una muestra irrefutable de los celos que le tiene a mi estabilidad emocional. Por eso desconfío de los psicólogos. Se creen tener la respuesta de todo. Si los invitas a una fiesta, lo primero que harán será sentarse, cruzar la pierna, acariciarse el mentón y asentir a todo lo que les digas mientras sacan un diagnóstico mental de cada una de tus palabras y las de tus invitados.

Sin embargo (o paradójicamente), varios de mis mejores amigos son psicólogos.

-¿Básicamente quiere decir que nosotros somos lo que somos gracias a lo que oímos y vimos de nuestros padres cuando éramos pequeños?

-Sí.

-¿O sea que, para Freud, mi novia se convertirá en su mamá?

-No necesariamente. No olvides que conozco a Fiera y me parece una mujer adorable.

El rostro de Alejandra se transfigura cuando le confieso una parte de la biografía de mi suegra.

-¡Jesús santísimo! –exclama mientras cuza la pierna y se soba la barbilla, signo ineludible de que ha empezado a tomar apuntes mentales.


* * *


Fiera creció junto con su hermano literalmente dentro de un coche. Almorzaban y cenaban en la parte trasera mientras su mamá les decía “abróchense los cinturones” y se dedicaba a perseguir al pobre de su esposo como corredora de Formula Uno por toda la ciudad. Eso sí, jamás logró comprobarle una sola infidelidad. Sin embargo, Fiera y su hermano (cuando estaban en tierra firme, es decir, en casa) eran obligados a ver la ropa interior de su papá. “¿Creen que esto sea pintura de labios”.

Una escena clásica de la familia Rodríguez tuvo lugar una tarde cuando mi suegra olvidó pasar a buscar a sus hijos al colegio por quedarse a vigilar justo enfrente de la oficina de su marido.

-¡Me violaron! –gritó y dio un portazo al entrar a casa.

Fiera y su hermano corrieron a abrazar a su mamá. Mi suegra, ahogada en llanto se desplomó en el piso.

-¿Quién fue? –bramó su esposo yendo por la pistola al cajón del cuarto-. ¿Quién fue?

-Así te quería ver… –dijo mi suegra incorporándose del piso y limpiándose el rímel que le manchaba de negro toda su cara- espero hayas aprendido tu lección, no me violó nadie, pero pudieron hacerlo, estuve estacionada enfrente de tu oficina todo el día y no te vi salir.


* * *

      
5:11 p.m.

Oficina de mi cuñado. Nada más atravesar la puerta mis más escalofriantes sospechas empiezan a tener fundamento.

-¡Hueles a queso! –le grita su novia para espanto de la concurrencia, es decir, su socio, dos clientes y yo.

-Tranquila, mi amor.

-¡Hueles a queso! –insiste la novia olisqueándole la cara como un sabueso-. Acércate para que te huela.

-Por el amor de Dios, suéltame –intenta escapar el infeliz.

-Sí, definitivamente hueles a queso.

-Mi amor, cómo se te ocurre semejante locura.

-Lo sabía, quién sabe con que mujerzuela te metiste.

Escapo de la oficina. Ya no es necesario preguntarle a mi cuñado si recuerda alguna otra bella anécdota familiar. Freud tiene razón: mi cuñado interpreta con maestría la secuela de la vida de su papá.

¿Cuánto tiempo le tomará a Fiera en convertirse en una celópata?


* * *

  
6:03 p.m.

-Bienvenido –me recibe Mishu, una señora de nariz aguileña, vestida con un escandaloso traje púrpura con vivos verdes.

El despacho es pequeño, las paredes pintadas de azul cielo, tapizadas de cuadros de ángeles en todas las posturas imaginadas y de libros que en su mayoría son del Tarot, el guía espiritual Osho y el best-seller brasileño Paulo Coelho.

De un cajón de su escritorio, Mishu saca un refractario de cristal, igualito al que usa mamá para cocinar brownies. Vierte una jarra de agua en el.

-Mira, aquí está tu R encerrada en una media luna –me informa.

-Ajá –digo, aunque en realidad no veo más que agua.

-Tienes dos procesos oscuros en tu contra.

-¿Dos procesos oscuros? –digo escandalizado.

-No te preocupes, lo que tienes que hacer es comprarte una de esas estrellas de cristal –Mishu apunta hacia un estante donde hay un par de estrellas de cristal-. Las venden en cualquier tienda esotérica, pide que sean estrellas que estén magnificadas con el eclipse lunar. Ya verás como todo se soluciona. Si no, cómprate unas veladoras de la abundancia y encomiéndate a la diosa Lakshmi, e invócala para que tu denario bendito se multiplique setenta veces siete.

Mishu mueve nuevamente el refractario lleno de agua.

-Aquí también veo una D negativa en tu contra.

-¿Una qué?

-Una D, una D de dedo. Y bastante fuerte. La transmutaremos para que no llegue hacia ti ninguna negatividad –Mishu mete unas piedras en el refractario de brownies (al parecer ese es el proceso de transmutación)-. Mmm, también veo que tienes un poquito mal de feng shui. ¿Duermes con los pies viendo hacia algún closet?

-No.

-¿La cabeza en la ventana?

-No.

-¿No? –Mishu me mira inquisitoriamente.

-No.

-A ver, vamos a ver, también tienes que reforzar tu área del amor, para eso tienes que comprar unos corazones de cristal y colocarlos debajo de la almohada de tu pareja, también tienes que amarrar y colgar con una cuerda roja la estatua de San Juditas Tadeo, pero cuélgalo de cabeza, en la cabecera izquierda de la cama, tiene que estar viendo hacia la ventana poniente de la habitación, y para que tu pareja te sea fiel vete vistiendo del color del día cosmogónicamente hablando, es decir, como hoy es el día del Arcángel San Rafael, vístete de verde, para que las emanaciones y los efluvios vengan para ti con buena vibración.

-Enterado –digo al tiempo que me maldigo por no tener ni una sola camisa color verde en el armario.

-Otra cosa muy importante que tienes que hacer es trapear todo el piso de tu cuarto con canela, esto espanta las malas vibras y te va a acercar con tu pareja armónica cósmica.

-Okey.

-Y no olvides encender cuatro veladoras de las siete potencias afrocubanas apuntando hacia los cuatro puntos cardinales, y al encenderlas debes decir lo siguiente: “En el nombre de Eros, Venus, Cupido y el divino señor San Antonio yo invoco al divino arcángel San Chamuel para que la fuerza del amor llegue hacia mí y me atraiga mi pareja armónica cósmica”. Tampoco olvides encomendarte todas las noches al divino maestro San Germain y al divino maestro Jesús el Cristo.


* * *


8:00 p.m.

-No puedo creer que te hayas rebajado a ir con una psíquica.

-Lo siento.

Me disculpo y le echo una ojeada al consultorio de mi amigo Javier.

-Es un regalo de mi sobrina, por si te estás preguntando si creo en los ángeles –dice Javier al descubrir que me he quedado con la mirada clavada en un cuadro donde aparecen dos ángeles vestidos con ropas de humano.

-¿Y crees en los ángeles?

-Creo en muchas cosas, en especial en los problemas y trastornos de las personas –mi amigo cruza la pierna y se acaricia el mentón-. Me has dicho que te urgía verme.

-Sí, pero ni creas que he venido en plan consulta, solo necesito información.

-¿Para algún reportaje?

-Puede ser –me hago al interesante y clavo la mirada en los libros que hay apilados sobre el escritorio-. ¿Qué obsesión tienen los psicólogos con Paulo Coelho?

-¿De eso se trata tu reportaje?

-No. Pero estaría bueno que alguien hiciera un reportaje de eso.

-¿A qué has venido en realidad?

-Necesito información sobre la neurosis.

-¿Qué tipo de neurosis?

-Los celos, básicamente.

-Ajá –mi amigo vuelve a cruzar la pierna y se soba la barbilla-. ¿Crees ser una persona celosa?

-Para nada.

-¿Crees que tu novia es celosa?

-No, pero temo que se convierta en su mamá.

-Háblame de la mamá de tu novia.

-Necesitaría de varias sesiones de terapia para contarte toda su linda biografía.

-Puedes comenzar hablándome de lo que más te preocupa de ella.

-Javi, deja de hablarme como si yo fuera tu paciente. Ya te he dicho que vengo en plan de amigo.

-En ese caso hazme el favor de sentarte y regresar ese libro a mi escritorio.    


-Fue un regalo.

-¿De otra sobrina, supongo?

-Dime exactamente para qué has venido.


* * *


Le he pedido a Javier que evite darme información inútil. Es decir, que no ahonde en lo que todo el mundo sabe sobre Freud, o sea, que los celos surgen por el complejo de Edipo y Electra o que si llego a tener celos de mi chica es porque soy un homosexual reprimido que en realidad se ha enamorado de un hombre y solo me estoy proyectando. O que los celos no son más que inseguridades personales.

-Si el psicoanálisis se resumiera a eso, cualquiera sería psicoanalista –me aclara Javier intentando ocultar la indignación en su voz.

-En ese caso, no me caería nada mal que compartieras alguna experiencia profesional que hayas tenido con algún paciente.

-Te advierto que no fue propiamente con un paciente –dice Javier con mirada dubitativa-. De hecho lo conoces, así que no voy a revelar su nombre.

-Tranquilo, estamos en confianza, soy una persona discreta.

-Fulano era un hombre feo, en la disco iba sobre la más gorda de las amigas de la mujer que le gustaba, y aun ella lo rechazaba.

-¿Estamos hablando de quien creo que estamos hablando?

-Prosigo con el caso –Javier finge no escucharme-. Cuando una guapa aceptó ser su novia, su baja autoestima lo hizo espiarla y una noche caerle a golpes a la ventana de su auto cuando vio que ella no estaba donde le dijo que iba a estar.

-¿Y ella sí lo quería?

-No, estaba con él por su dinero, pero ese no es el punto. El punto es que él siempre la acusaba de ser una puta, de serle infiel, pero me consta que ella nunca lo engañó.

-¿Y tú cómo lo sabes?

-Porque yo intenté acostarme con ella y no se dejó, era fiel. Pero Fulanito pensaba que era una puta porque él la engañaba todo el tiempo, con secretarias, mujeres de paga, etcétera. Esto es lo que se conoce como una proyección. 

-¿Eso quiere decir que mi suegra se muere de ganas de meterle el cuerno a mi suegro?

-Según Freud, me temo que sí. Es por ello que considera a la celotipia como una patología, ya que proyecta un conflicto interior en la otra persona, su pareja.

-¿Y existen otras corrientes psicológicas?

-Desde luego.

-Sé lo más breve posible –observo con descaro el reloj de pared del consultorio-, y evita usar palabras científicas y rimbombantes que nadie entiende.

-¿Puedo continuar?

-Adelante.    

-Enfoque sistémico de los celos.

-¿Eso qué es?

-Considera que el pasado es prácticamente irrelevante para el tratamiento de los celos.

-¿Algún ejemplo?

-Cuando una pareja acude a la terapia y describe las “locuras” que hace la esposa debido a sus “celos patológicos”, lo más probable es que el terapeuta pregunte qué elemento de la conducta del esposo la hizo comportarse de ese modo. Otra pregunta que el terapeuta podría plantear tiene que ver con la respuesta del esposo, que podría reforzar la conducta celosa de la esposa.

-Sospecho que a mi suegra le encantaría ir a esa terapia.

-No cantes victoria, cuando la esposa identifica el amorío del esposo como el problema central, es probable que el terapeuta le pregunte qué podría haber hecho ella para dar lugar a que su esposo tuviera un amorío, y qué hizo en respuesta a ese amorío.

-¿Alguna otra corriente? –me pongo de pie.

-También están los celos desde la perspectiva Gestalt –Javi me hace un ademán para que tome asiento de nuevo.

-Gracias, creo que ya tengo suficiente información con la cual pasar la noche en vela pensando que Fiera se convertirá en una celópata como su mamá.

-Escucha esta última, igual y te sirve a ti.

-¿A qué te refieres con que puede servirme a mí?

-Desde la perspectiva Gestalt, los celos son experimentados por personas que poseen un esquema fundamental en su personalidad central de tipo depresivo.

-¿Crees que padezco depresión?

-No lo sé, solo llevamos más de veinte años de ser amigos.

-¿Y qué me dices de la psicología positiva? He escuchado que es lo último, que esta muy en boga. ¿Qué opinan ellos?

-Básicamente intenta que conozcamos nuestras fortalezas y debilidades. A partir de eso, reconocer los recursos internos que tenemos.

-Suena a libro motivacional.

-Ellos no analizan el pasado, solo se basan en objetivos de corto y mediano plazo. “Por hoy no voy a ser celoso”.

-Como los grupos de autoayuda.

-Más o menos. Solo que los grupos de autoayuda…

-No curan del todo a las personas.

-¿Cómo lo sabes?

-Por que ellos dicen lo mismo de ustedes los psicólogos.   


* * *


10:36 p.m.

-¿Se puede saber en dónde estuviste metido todo el día?

-Con mi amante.

-Ajá –Fiera me abraza y me estampa un beso-. Sé que eres incapaz de engañarme.

-¿Cómo estás tan segura?

-A todas horas reviso tu Twitter y tus actualizaciones del Facebook, y la de todos tus amigos. Además, tus ojos no pueden ocultar que sabes que te sacaste la lotería conmigo.  


* * *


11:30 p.m.

Envío un reportaje larguísimo y muy técnico, de lo cual lo único rescatable es un breve episodio donde narro la historia de la celotipia de mi suegra.

Espero la respuesta del periódico. Estoy seguro que les quitaré la venda de los ojos. Descubrirán que soy un pésimo escritor. Alguien que jamás llegará a las ligas mayores.

-Profundiza en la historia de tu suegra –me dice el director.

Fiera sale en mi rescate. Me cuenta varias historias escalofriantes de su mamá. Difíciles de creer. Seguro que me rechazan la historia. Nadie en su sano juicio creerá que se trata de algo 100% real.

-Alucinante –dice el director-, este fin de semana lo publicamos.

No puedo creer que un pobre diablo como yo haya dado el salto a las grandes ligas del periodismo. Ahora nada más resta rezar para que mi suegra no lea el periódico este domingo.  

4 comentarios:

José Cobá dijo...

JAJAJAJA genial! Como siempre, muy entretenido e interesante cronica este Backstage. Enhoreabuena y felicidades por esta nueva etapa en el Universal. Mucho exito!

Rodrigo Solís dijo...

Gracias por tus palabras, José. Abrazo.

Ale irigoyen dijo...

Rodrigo! me encantó!

Rodrigo Solís dijo...

Gracias Ale, que bueno que te gustó, y gracias de nuevo por ir a torturarte a la FILEY a escucharme