viernes, 10 de octubre de 2008

Urban Remix


“La moda es una forma de fealdad tan intolerable, que cada seis meses tenemos que modificarla”.
- Oscar Wilde


“¡El asfalto está que arde! ¿`Look hippie´, oriental chic o `bohemian cool´? Tú eliges. Esta temporada todo vale. La top española Ariadne Artiles te muestra cómo acertar en la ciudad”.

More...No me sorprende. Ese es el encabezado del artículo de portada del número 1011 de la revista española El Semanal, publicación que sigo todos los domingos vía Internet con disciplina religiosa gracias a que allí publican a dos monstruos de la literatura hispanoamericana: Arturo Pérez-Reverte y Juan Manuel de Prada, y cada quince días (no entiendo por qué no cada semana) a mi sudamericano sueño platónico, Carmen Posadas. La top española de la que hablan en la revista es una mujer larguirucha y más delgada que un fideo. Un ser humano en los huesos, sería una descripción más exacta. Pero para no entrar en detalles de la raquítica modelo, que a fin de cuentas es sólo la imagen de la moda, lo que me sorprende es el contenido de la nota. Ese nocivo contenido de los medios de comunicación que se empeñan en dictar cómo te debes vestir, hablar y comportar en este pantanoso y fétido mundo.

La casi invisible modelo aparece en la fotografía retratada en un pie, con el brazo derecho en escuadra levantado en el aire y con el cuello doblado, muy mona ella, ataviada con un vestido (asumo que lo que lleva puesto es un vestido) que para qué describírselos, si para eso están los expertos de la moda, que dicen es “Sofisticación salvaje. Top con estampado animal, de José Miró. Pantalón maxi, de Antik Batik. Pulsera de piel, de Helena Rhoner. Pulseras de madera con aplicaciones de oro, plata y coco, todo de Chesco”. Supongo que está de más agregar que en realidad la modelo más bien parece una libélula con alerones multicolores. En la siguiente fotografía la describen como Una tarde bicolor, es decir, Ariadne viste pantalón estampado con cinturón y camiseta de punto blanco con ribete negro, de Gucci. Chaleco negro, de Designers Remix Collection. Cadena con colgantes, de Tantra. Bolso negro, de Le Tanneur. Pulseras de aros plateados y gorra negra, de H&M. Como no estoy autorizado para emitir critica en materia de moda, asumo que no es válido decir que lo que yo veo en realidad es a un costal de huesos enfundado en una cachucha negra, un chalequito negro como los que usaban los chambelanes de los quince años en los años ochentas y un pantalón también de color negro con vivos en tonos plateados brillantes, acompañado de un cinturonzote negro que envidiaría el mismísimo Santa Claus. Lo olvidaba, también lleva un gigantesco bolso negro que no le caería nada mal a Santa en vez de esa pequeño costal donde nunca le alcanzan los juguetes para los niños pobres.

La siguiente imagen la describen con el nombre de 100% metalizado, y ya podrán hacerse una idea de la pinta que lleva la chica. La que sigue es una foto donde aparece la mujer palillo envuelta en un llamativo empaque amarillo de regalo de fiesta infantil, que sin embargo, los expertos titularon con el nombre de “Inspiración oriental”; traducción: vestido amarillo floral, de Josep Font. Zapatos en colores flúor, de Stuart Weitzman. Pulsera dorada con colgantes, de H&M. La última del repertorio es una donde aparece la jovencita con una mirada ausente y mordiéndose el dedo índice de la mano, que el arriba firmante hubiera titulado “Caperucita roja con mucha hambre”. El titulo y descripción originales son: Aires de niña buena. Trench rojo, de Tara Jarmon.

Palabra, ya no hay dignidad en este cochambroso planeta. Ya no existen publicaciones, programas televisivos o cualquier otro medio de comunicación visual donde no te digan hasta el hartazgo cómo tienes que vestirte. Y el problema no es que te lo digan, sino que la gente es tan imbécil que se traga el cuento y se arrancan literalmente la vida en los gimnasios y en estúpidas dietas y en inconcebibles modas, para luego sentirse unos dioses del Olimpo cuando salen a la calle en los huesos (pese a que gracias a Satán tienen que comer) disfrazados como unos arlequines o como unos repollos. Y ahí es cuando no me cabe el menor resquicio de duda de que si el fantástico escritor danés Hans Christian Andersen saliera de su tumba a darse una vuelta por nuestro barrio, se vuelve a morir, pero de risa cuando vea que después de más de un siglo se quedó cortísimo al retratar a la sociedad con su genial y profético cuento El traje nuevo del emperador.


3 comentarios:

Rodrigo Solís dijo...

Les recomiendo enormemente leer XL Semanal, es de esas pocas revistas que aún guardan dignidad (y es gratuita), muy a pesar de que siempre tienen que poner a modelos en los huesos. Las columnas de Reverte, Prada y Posadas, simplemente son geniales.

http://www.xlsemanal.com/web/home.php

Peru.com dijo...

Publicado en:

http://pildoritadelafelicidad.blogs.peru.com/2007/12/04/urban-remix/

MILENIO NOVEDADES (Yucatán) dijo...

Publicado en:

MILENIO NOVEDADES 3 MAY 09