“¿Es usted un demonio? Soy un hombre. Y por lo tanto tengo dentro de mi todos los demonios.”
- Gilbert Keith Chesterton
El cerebro humano es como un hotel en temporada alta. Tras cada puerta habita toda suerte de huéspedes: el caballero, el arrogante, el emprendedor, el perezoso, el valiente, el cobarde, el dadivoso, el tacaño, el prócer, el corrupto, el buen samaritano, el asesino, el casto, el follador, el gentilhombre, el pirata, el liberal, el retrógrada, el demócrata, el dictador, el cosmopolita, el ermitaño, el creyente, el ateo, el inteligente, el estúpido, etcétera, cuestión de animarse a sacar la llave maestra del bolsillo y abrir la puerta de cada cuarto para conocerles.
More...Eso es lo que pienso del ser humano, humildemente. Así que, camino por los pasillos alfombrados de mi mente, saco la llave maestra de mi bolsillo y abro un par de puertas: de la primera puerta sale un anciano de abundante barba cana que dedica lo poco que le resta de vida al silencioso arte de la contemplación; de la segunda puerta sale un señor bajito, de fino bigote y bastante ceremonioso en sus ademanes que dice ganarse la vida dando discursos. Con la ayuda de estos dos personajes que me he tomado la molestia de conocer desde tiempo atrás, recito con elocuencia mis pensamientos en voz alta.
Dolores, que es una estudiante de letras, está recostada a mi lado en un sofá, me mira con un poco de admiración y otro poco como si se me hubiera zafado un tornillo. Ella dice:
-Pues mi hotel debe estar lleno de huéspedes buenos. Yo soy buena, todo gracias a mi papá que me inculcó desde niña buenos valores para hacer el bien y nunca herir los sentimientos de otras personas.
Detesto a las personas que se jactan de ser buenos. Para proclamarse bueno, hay que ser, o un mentiroso, o tener muy poco kilometraje recorrido en la vida. Sin embargo, sospecho, Dolores es buena, precisamente porque tiene a su favor la juventud. Ella es buena de dientes para afuera y buena de dientes para adentro. O al menos, así lo aparenta. Así que, mitad la envidio, mitad la deseo: envidio ser una buena persona como ella y al mismo tiempo deseo estrujarle sus buenas nalgas y su buen par de tetas.
-Mi hotel está infestado de inquilinos indeseables –le digo.
-Calla, bobo, tú también eres bueno –dice Dolores.
Intento sacarla de su error abriéndole la puerta a un huésped pichaloca que se hospeda en un cuarto que tiene espejos en el techo. Fracaso. Ella retira mis manos de sus nalgas. Me sonríe. No se enoja. Dolores cree fervientemente que soy una buena persona. Ignoro por qué. Quizás, arguyo que su juicio está sesgado por el hecho de que llevamos dos semanas de conocernos.
-Eres un buen tipo –dice Dolores-. Tu problema es que eres un caliente.
-No, no lo soy –miento.
-Sí, sí lo eres –dice ella.
-Bueno, sí, lo soy, pero todos los hombres lo son.
Dolores sonríe, me mira con ojos traviesos y me dice:
-No, no todos.
-Te juntarás con puros amigos impotentes -digo.
Dolores ahoga una risita y recuesta su cabeza en mi pecho. Tengo una poderosa erección. Para apagar el fuego que arde en mi entrepierna recurro a un truco muy efectivo: pienso en el primer perro callejero al que le saqué las tripas por el culo al atropellarlo en la carretera, y luego, en mi abuela desnuda (que en paz descanse), cagando en la bañero cuando gracias a su senilidad dejó la puerta del baño sin seguro.
La erección desaparece, sin embargo, Dolores mueve la cabeza y su larga, sedosa y brillante cabellera Pantene roza mi brazo. Mis repugnantes recuerdos se desvanecen y estoy tentado en abrir la puerta de una habitación que, sé, generaría desastrosas consecuencias.
-Mis amigos no son impotentes, bobis –dice Dolores-. Son sólo mis amigos, y mis amigos nunca andan queriendo tocarme.
-Por cobardes, ganas no les faltarán –digo y pienso en la puerta que por cobarde temo abrir.
-Calla, estás loquito.
-No, esa es la verdad –digo-. No existe amistad pura y bienintencionada entre hombres y mujeres.
Dolores retira su cabeza de mi pecho y me mira con sus ojazos bien abiertos. Ella dice:
-Eso es mentira.
-Es la verdad –me defiendo.
-¿Acaso yo no soy tu amiga? –pregunta Dolores con mirada de cachorrito huérfano.
Con la llave maestra en la mano, tengo dos opciones: abrir la puerta de la habitación del huésped que sé no debo dejar salir o abrirle la puerta al huésped con cara de sacerdote buen mozo que parece no romper un plato pero que está relamiéndose los labios en el umbral de la puerta esperando salir a decir una retahíla de mentiras.
-Lo eres, te acabo de conocer, pero ya eres mi mejor amiga –digo, abriendo la puerta del huésped número dos, mismo que me obliga a evitar reprimir el impulso de deslizar furtivamente mi mano debajo de la blusa de mi nueva mejor amiga.
-Espera, no puedo, tengo novio -dice Dolores sacando mi mano de su blusa.
Nos quedamos mirando a los ojos en silencio. Nadie dice nada.
Dolores vuelve a recostar su cabeza en mi pecho. Vuelvo a tener otra poderosa erección.
-Soy buena –dice Dolores.
-Estás buena –digo yo.
Para evitar abrir la puerta que tengo miedo abrir, le digo a Dolores que ser bueno es relativo. Le confieso que mi ex novia decía que su papá era el hombre más bueno del mundo, por eso les prestaba su BMW y Mercedes Benz último modelo a los criados de su casa. Naturalmente, le hice ver (aunque ella se negó a verlo) que su papá no era un hombre bueno, sino todo lo contrario, porque esos automóviles lujosos los compró a expensas de la confianza e ignorancia que el pueblo depositó en él al elegirlo senador.
-¿Y que pasó con tu ex? –pregunta Dolores.
-La enterré viva en el jardín de mamá –digo señalando el jardín.
Dolores se ríe.
-Pues yo sí soy una buena persona -dice.
-Lo dudo.
-¿Por qué lo dudas?
-No creo que a tu novio le haga mucha gracia que estés acostada en un sofá con un hombre que apenas conoces.
-Claro que te conozco, eres escritor, tienes un blog chistoso y los escritores chistosos son buenas personas.
-¿Segura? –pregunto.
Mi mano mete la llave maestra en la cerradura de esa puerta que por tanto tiempo he estado tentado en abrir.
-¿Segura que los escritores chistosos somos buenas personas?
Dolores me mira a los ojos y parece descubrir algo. Abre sus ojos enormes dejando al descubierto un hilo de terror, y justo y precisamente en ese hermoso y peligroso instante, es distraída por su celular que emite la canción Baila mi corazón de Belanova.
-Hola, chiquito hermoso –dice Dolores contestando su celular-. Aquí, con unas amigas en el café.
Mi mano se queda firme con la llave maestra metida en la cerradura de esa puerta que tanto deseo y temo abrir. Dolores me mira de reojo, ve que no le he quitado la mirada de encima.
-Bye, bye, bebito –dice Dolores dándole dos besos al celular-. Te amo.
Dolores guardar el celular en su bolso. Vuelve a clavar sus ojos en los míos y me pregunta:
-¿Me vas a coger o vas a seguir mirándome con esa cara de depravado sexual asesino?
Retiro la llave maestra de la cerradura y le agarró las tetas y el culo a Dolores, que esta vez, no opone resistencia.
35 comentarios:
Oh! Rodrigo... Por fin me decido a comentar. Lo curioso es que poseemos una llave maestra que ni nosotros mismos sabemos que puertas abrirá jejeje...
Yo por eso cuido la mía y prefiero no usarla mucho jajaja.
Saludos! Me encanta este blog
Como tu Fan no. 1 he de decir que le tengo una profunda envidia a esa tal Dolores, sea real o ficticia.
Laurita: gracias. Sí, es verdad, hay ciertos inquilinos que es mejor no tocarles a la puerta. Un beso grande y ojalá vayas más seguido al café.
Lus: y yo le tengo una profunda envidia a todos los hombres y mujeres que trabajan en tu oficina.
Hola Rodrigo, toda esa historia me recuerda a una muy similar que me hiciste vivir hace varios años atrás en la sla de tu casa en la colonia elektra,mientras nos escondíamos deAdriana tu hermana, no dejo de recordarlos , ojalá tú los tuvieras presentes también .
Mientras tanto agradecida por la remembranza involuntaria, te mando un gran beso.
Karla Gómez
Karla: sospecho que estás confundida de Rodrigo Solís. Pero no te preocupes, el verdadero Rodrigo Solís visita de vez en cuando este blog, así que puede que te responda. Un beso. Y cuando quieras invítame a la colonia Elektra y nos escondemos de mi hermana (Anabel) y nos portamos mal.
Hola Rodrigo, solo para preguntarte, si abriste la puerta de un "caballero" con memoria, o sólo la de un fantasioso?
Saludos!!!
Rita: ambas puertas. Un abrazo.
ejeje Rodrigo, no sé si escribiste un artículo o una historia erótica, pero cualquiera de las dos que haya sido, lo lograste :D jejeje
Por cierto, " ...ser humano, humildemente. Así que..." humíldemente lleva acento en la i :)
Saludos brother, sigues haciendo un muy buen trabajo.
Juan: niet, o sea, no. Humildemente te digo que “humildemente” se escribe sin acento en la i. Pero gracias de todas formas. Me alegra que te haya gustado la historia. Un fuerte abrazo.
cada dia son mejores...............sigue adelante hermano.
Eduardo V: gracias por el apoyo, hermano. Un abrazo.
Bueno amigo, tienes razón, mas me entró la duda pues en México y Latinoamérica las palabras terminadas con el sufijo "mente" no se acentúan, pero en España, hasta donde sé, sí se acentúan; no sé si por usos y costumbres, o por estricto apego a la regla sobre las esdrújulas y desechando la regla de los sufijos, estaría interesante investigar más sobre el tema, no?
Saludos
Nota: por ahora mejor diré "con humildad" jejejejejeje
Juan: así es querido, amigo. Mejor usa humildad sin acento. Un fuerte abrazo.
por cierto, el relato es en verdad bueno, deberías hacer tu blog de "relatos eróticos" y venderlos jejeje, no suelo leer ese tipo de relatos pero sé que tienen un buen mercado, digo, para sumarle a la beca, no? jejej.
un abrazo.
Juan: ojalá fuera tan caliente para que mi calentura me mantuviera mis vicios. Un abrazo.
x eso es q dicen q los mejores amigos d las mujeres son los gays!
Dhyana: no estés tan segura de eso.
Ah que Dolores tan abusada, Muy buena anècdota que le hace a uno pensar en cuantas habitaciones tendremos cada uno. FElicitaciones como siempre es espléndido lo que escribes y sobre todo muy ameno. Gracias
Luigi: gracias, querido amigo. Tú siempre subiéndome la moral. Un abrazo.
Muy bueno....
Saludos....
Juan Manuel H: gracias.
Y fué buena???
1 abrazo
Gabriela: todas son buenas, tristemente el malo siempre soy yo.
Qué buenas son las llaves jaja. Pero igual hay varios tipos de hoteles y sería interesante comparar a los inquilinos extraños que los habitan.
Laura: así es querida. Por ejemplo, en el hotel de Hugo Chávez duermen en la misma habitación un cura, un comediante, un tipo de barba que se siente el Che Guevara, un loquita, un trasvesti y un austrolopithecus. Ya ves lo resultados que originó meter a todos en un cuarto sencillo.
Ok, pero déjame te cuento: a veces también pueden ser amigos hombres y mujeres sin que pase nada, os lo digo por experiencia ;-)
En el caso de tu relato, sucedieron tres cosas:
1.- Ambos se gustaban (que es la condición principal para que pueda darse),
2.- Ambos querían (por que a veces se gustan, pero por una u otra causa, no quieren, y eso, hay que respetarlo), y, finalmente...
3.- Alguien decidió ser infiel a su pareja (en este caso ella).
Los amigos de ella no creo que sean cobardes, sino respetuosos. En tu caso, de entrada no eras su amigo: querías con ella, y ella quería contigo; aunque tampoco hay que creer en ese cliché de que cuando las mujeres dicen no, en realidad quieren decir sí (las mujeres más congruentes no nos andamos con juegos: no es no, y sí es sí), y en otras noticias, si alguien es tu amiga no vas a andar de manos largas.
Bueno, esto no es moralina, xq alguien que quiere contigo, te lo hace saber. Felices escritos pa' las píldoras!
Y lo que digo de los gays es también pura coincidencia, una vez preguntabas xq sólo mujeres contestaban tus escritos, y yo te digo una cosa, como escritora, cuando daba a leer escritos de cuentos o novelas (o me los pedían), igual, sólo me contestaban las mujeres... y los gays (de hecho mi mejor amigo gay es el que más me contestaba).
Pero estoy segura de que los hombres también te leen, aunque no te contesten. Bueno, arrivederci!!!
Dhyana: últimamente por obra y gracia divina el público masculino ha respondido (claro, la mayoría de las veces mails virulentos).
P.D. Tampoco te creas que todas mis historias son reales. No soy un pervertido sexual con cara de asesino. Si me conocieras notarías a leguas mi cara de bobo.
Qué bueno que los hombres ya hayan respondido! ;-)
De lo otro, no, no creo que seas un pervertido con cara de asesino, comentaba del personaje, pero me pasa como a tantos lectores, que queremos ver una autobiografía en el autor, y no siempre es así. En mi caso, recuerdo que mis amigas también siempre le querían encontrar relación a mis historias con mi vida y hasta me preguntaban: "Quién es fulano de tal aquí", cuando tal vez lo había sacado de mi imaginación (así como el hecho de hablar en primera persona no siempre identifica a la personalidad de quien escribe). Bueno, no te preocupes y sigue escribiendo libremente y sin censura todas las locuras (y no locuras) inimaginables, porque además una cosa es cierta, si se escribe por gusto, el autor debe darse gusto en primer lugar a sí mismo. Saluditos.
P.D. Una vez, hace algunos años, dibujé en un cómic a una escuincla toda payasa, que odiaba lavar los trastes, ¡y mi hermana dijo que era yo! (¡no es justooooo!)
HOLA RODRIGO
GRACIAS POR TU EMAIL
ESPERO UE PASES UNA MUY FELIZ NAVIDAD EN UNION DE TU FAMILIA
QUE LAS BENDICIONES LA PAZ Y AMOR QUE SOLO DIOS PUEDE DAR ESTEN EN TU CORAZON
SALUDOS
Leydi: igualmente. Un abrazo fuerte.
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http://benditomanicomio.wordpress.com/2008/12/04/la-llave-maestra/
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Rhema No. 61 Diciembre 2008
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