martes, 6 de noviembre de 2012

Mala Racha


En el año 2000 muere mi padre. Lo que más me duele de su partida es que se marchó sin saber que su hijo tenía el sueño de ser escritor. Cada que me miraba emborronando las libretas del colegio, inflaba el pecho orgulloso y me preguntaba si tenía mucha tarea, yo le respondía que sí, tapando con disimulo (y las mejillas coloradas por la vergüenza) las hojas a rayas para que no descubriera mi afición por la letras.

En el año 2004 le rompo el corazón a mamá. Le informo que he renunciado a mi trabajo en un importante corporativo transnacional, mamá se toca el pecho como si estuviera sufriendo un infarto (o le estuviera informando que soy puto), y con la mano que tiene libre se apoya en la pared para no irse de bruces sobre el suelo; decido no apiadarme de ella y le comunico que mi gran pasión en la vida son las letras, que me marcho de casa porque necesito extirparme de la cabeza una novela que me está matando, carcomiendo como un cáncer terminal.     

En el año 2006 descubro que estoy incapacitado para escribir novelas. Fundo un blog llamado Pildorita de la Felicidad donde escribo artículos de opinión, deportes, cine, política y cualquier mamarrachada que me viniera a la cabeza.

En el año 2007 un considerable número de cibernautas comienza a llamarme escritor. A su vez, lo escritores me llaman bloguero. No obstante, los escritores que me llaman bloguero me invitan a encuentros de escritores que se realizan en diferentes puntos de la República organizados por los gobiernos de sus respectivos Estados.

En el año 2010 la columna Pildorita de la Felicidad es publicada (y plagiada) en incontables diarios, revistas, pasquines y blogs en Latinoamérica, España y en varios Estados (22 de 32) de la república mexicana; pero no se deje engañar, el negocio de las letras es muy poco redituable (al menos para los escritores), solo el 5% de esos medios de comunicación tienen la decencia de pagarme.  

En el año 2011 soy amenazado de muerte (por no pocas personas) gracias a  una serie de indiscreciones publicadas en un medio nacional.

En el año 2012 una despistada editorial española llamada Mi Cabeza Editorial publica mi primera novela, misma que tengo el gusto de presentar a los dos o tres valientes que siguen esta columna.
 
 

Mala Racha cuenta la historia de un escritor que quiere ser famoso a toda costa: sueña con que le publiquen en las revistas serias de intelectuales. Un día su sueño se hace realidad, le publican un escrito en una de esas revistas: el problema es que el escrito se convierte en un suceso en su pequeñita ciudad natal (Campeche). A partir de ese momento la gente hace fila para matarlo porque según ellos ha ridiculizado la ciudad ante los ojos de todo un país en dicho artículo. Mala Racha es una novela autobiográfica.”


P.D. En semana y media llevamos 65 ejemplares vendidos (y contando), nada mal para una novela que fue rechazada por todas las casas editoriales respetables de México.

         
Mala Racha está de venta aquí:

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